El otro día leí esto… es increíble que al estar escrito en segunda persona, si sos de pensar así, te sentís totalmente identificado; es la perfecta descripción de las personas mal llamadas “locas” por otros, por atreverse a soñar, por tener un punto de vista completamente diferente de la realidad y de las cosas que nos suceden a nuestro alrededor.
Esa estupidez que tienen muchos que condenan a otros por ser pocos y pensar distinto, finalmente ¿Quién tiene la razón? Si estamos locos, ¡Divina locura!
Les dejo el texto:
“Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y
tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de
perfección y rebelde a la mediocridad, llevas
en ti el resorte misterioso de una visión.
Ella es como una luz sagrada, capaz de templarte para
grandes acciones. Si ella muere en ti, quedas inerte:
fría bazofia humana. Sólo vives por esa partícula de
ensueño que te sobrepone al mundo cotidiano. Ella es
el mango de tu espada, el penacho de tu temperamento.
Innumerables signos la revelan: cuando se te anuda
la garganta al recordar la cicuta impuesta a Sócra-
tes, la cruz izada para Cristo y la hoguera encendida
a Giordano Bruno; -cuando te abstraes en lo infinito
leyendo un diálogo de Platón o un ensayo de Mon-
taigne; -cuando el corazón se te estremece pensando
en la desigual fortuna de esas pasiones en que fuiste,
alternativamente, el Romeo de tal Julieta y el Abelardo
de tal Eloisa ; -cuando tus sienes se hielan de emoción
al declamar una estrofa de Rilke que rima acorde a tu
sentir; -y cuando, en suma, admiras la mente preclara
de los genios, la sublime virtud de los santos,
la magna gesta de los héroes,
inclinándote con igual veneración ante
los creadores de la Verdad y de la Belleza.
Todos no se extasían, como tú, ante un crepúsculo, no
sueñan frente a una aurora o cimbran en una tempes-
tad; ni gustan de pasear con Dante, reír con Moliere,
temblar con Shakespeare, crujir con Wagner; ni enmu-
decer ante el David, la Cena o el Partenón.
Es de pocos esa inquietud de perseguir ávidamente al-
guna quimera, venerando a filósofos, artistas y pensa-
dores que fundieron en síntesis supremas
sus visiones del ser y de la eternidad,
volando más allá del mundo cotidiano.
Los seres de tu estirpe, cuya imaginación se puebla de
horizontes y cuyos sentimientos polarizan hacia ellos a
la humanidad entera, forman raza aparte
en la humanidad: son VISIONARIOS”.
José Ingenieros
NYWWWWWWWW
ResponderEliminargomenne, estaba sin interneeeeeet, por eso no estube ayer gomenne u__u recien ahora me avive y reconfigure mi modem ^^ y anda... no vuela pero por lo menos anda jeh
ahora leo tu post ^^
como siempre digo, el mundo no seria nada sin aquellos "locos" que vieron mas allá de lo que se podia ver... ettoooooo... jeje siempre me encanto esa escena de 300 =D que lastima que sea cortito el gif :P
ResponderEliminarahhh, el maestro Giusseppe! ¿No es un fragmento de su librazo "el hombre mediocre"?Si, la primera parte de la introduccion. Este libro tendrian que hacercelo leer a los chicos en la primaria y de vuelta en la secundaria. El idealismo moral de Ingenieros es una muestra de como a comienzos de siglo habia una vision de nacion, un verdadero idealismo encarnado en hombres como Sarmiento y Ameghino, segun el mismo ingenieros. Ademas, literariamente, la escritura de este hombre es muy buena, fluida como la de un buen postromantico, pero tambien precisa, metalica por momentos, siempre cargada de peso politico e impregnada de sus propios ideales en todo momento. el pensamiento del 900 es por ahi el ultimo gran idealismo argentino. Tal vez el unico a nivel literario, cuando se escribia no como mero ejercicio de estilo o literaturismo, sino con fines a la accion, sea el hombre nuevo, sea una nacion, sea una moral.
ResponderEliminarDicho sea de paso, 100 años despues, el sistema de ideales que presento ingenieros en "el hombre mediocre" sigue tan o mas vigente que en ese entonces. Deberiamos agregarle unos capitulos dedicados a los medios de comunicacion y quizas, un prologo nuevo con una critica incluso tambien a los sagrados principios de la razon iluminista.
Pero bueno, por fuera de eso, yo lei este libro hace un año masomenos, y por momentos es imposible no sentirse en el mismo caballo que el autor, e inclusive dan ganas de repartir palazos codo a codo con Ingenieros. Uno se siente parte de las filas del "hombre superior", del idealista, y, ¿como no?, parte tambien de la critica (aunque tambien, si se es honesto, se siente tambien alguna trompada de la prosa por momentos belica). Es que el idealismo esta trazado con golpes tan precisos que todo lo que de nosotros queda fuera de el, es golpeado tambien por este libro genial.
Saludos.